Jesús Fernández Santos pertenece a ese grupo de escritores que irrumpe con sus publicaciones en los años cincuenta del siglo XX y que manifiesta su disconformidad con el estado de las cosas, dando lugar a la llamada novela social: Fernández Santos fue también pionero en la escritura de la novela histórica («Extramuros», 1978) y en la corriente neorrealista («Los bravos», 1954). Con el «Libro de las memorias de las cosas» obtuvo el Premio Nadal en 1970. Raras son las novelas que en la literatura española han concedido al tema religioso del protestantismo un papel relevante: Galdós en «Rosalía», Delibes en «El hereje» y Fernández Santos en el «Libro de las memorias de las cosas» lo han hecho. El aislamiento que rodea la Comunidad de Hermanos protestantes le sirve para ahondar en uno de sus temas habituales: el principio de libertad en contra de las «vallas» ciegas que pretenden aislar y encerrar conciencias con reglas y normas restrictivas o defensivas.
El libro hace referencia a tres momentos distintos de la Historia evangélica en España.Es por esto que se considera esta novela imprescindible para entender la situación evangélica en España, tras la ley de libertad religiosa de 1967 y el comienzo de la secularización que viene con la Transición. la novela de Fernández Santos ayuda a crear esa sociedad sin barreras. Su lectura será enormemente sugerente para todo el que se pregunta por qué se marchan los hijos de los creyentes de la iglesia. Nos habla con la honestidad del que ha intentado entendernos.