LLOYD-JONES MARTYN
La explicación última del curso de la historia de la humanidad es que, al fin y al cabo, no es más que el escenario donde tiene lugar un intenso conflicto entre Dios y las fuerzas del cielo, por una parte, y el diablo y las fuerzas del mal y del infierno por otra. La iglesia y los cristianos tienen que ser conscientes en todo momento de que "no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes" (Efesios 6.12)
El autor nos recuerda que el diablo actúa no sólo sobre los individuos, sino también sobre las naciones, y le atribuye a la obra destructiva de Satanás la confusión y el caos de la sociedad en que vivimos. También afirma que en una época en que vuelve a surgir la fascinación por la astrología, lo oculto, el espiritismo y las doctrinas de demonios, la ignorancia de estas cosas nos llevará irremediablemente a ser derrotados por ellas. Al mismo tiempo, nos recuerda que Dios tiene la victoria final puesto que ha fijado un día en que el diablo y sus fuerzas serán aplastados y el Señor Jesucristo, el Rey de justicia, reinará sobre todo.