Hace unos 65 millones de años que los dinosaurios dejaron de vivir.
No supieron adaptarse a los cambios de las circunstancias.
Una ley dice que sobrevive quien mejor se adapta al cambio de las circunstancias.
Por el contrario, aquel que no lo hace empieza a correr peligro de extinción.
Si cedemos a las tentaciones, si nos conformamos con parecer buenos y conservar una vida religiosa sólo en apariencias, en lugar de transformarnos día a día a la imagen de Cristo, pronto vamos a ser dinosaurios espirituales.
El doctor Lucas Leys comparte, de una forma amena y entretenida, como esta ley también funciona en la vida espiritual y te invita a no convertirte en un resto fósil.