PECADO ORIGINAL

Vivimos en un mundo impregnado del mal. El siglo XX ha sido testigo del sufrimiento y de la crueldad humana en una escala que nunca antes imaginamos. Sin embargo, paradójicamente, en los últimos años la doctrina del pecado original se ha visto sujeta al olvido y al ridículo.

En este análisis filosóficamente sofisticado de la evidencia bíblica del pecado original, Henri Blocher nos ofrece una respuesta contundente. Este volumen, que interactúa con el mejor pensamiento teológico sobre este tema, demuestra que si bien la naturaleza del pecado original es un misterio (un acertijo, incluso), la creencia en él es lo único que encuentra sentido al mal y a la injusticia.

Después de hacer un repaso general de la evidencia bíblica, Blocher pasa a analizar los dos pasajes clave. Primero, se plantea la relación del relato del Edén, de Génesis 2 y 3, con el pensamiento científico, literario y teológico moderno. A continuación, ofrece una interpretación nueva y revolucionaria de Romanos 5, donde Pablo habla de Cristo y de Adán. Partiendo de este fundamento exegético, pasa a demostrar cómo la doctrina del pecado original dota de sentido a las paradojas de la existencia humana. En el último capítulo, aborda las dificultades intelectuales que algunos siguen percibiendo en la propia doctrina.



ÍNDICE

1. El pecado original tal como se enseña en la Sagrada Escritura
La pecaminosidad universal
La pecaminosidad natural
La pecaminosidad heredada
La pecaminosidad adánica

2. El pecado original como evento adánico
El relato del Edén y la paleoantropología
El relato del Edén y la intertextualidad bíblica
El relato del Edén y el discernimiento literario
El relato del Edén y la reflexión teológica

3. Discernir el concepto de Pablo sobre el rol de Adán
Interpretaciones abiertas de Romanos 5
Interpretaciones cerradas de Romanos 5
¿Deshacer el nudo? Una nueva interpretación

4. El pecado original como clave de la experiencia humana
La miseria y el linaje de los reyes
La herencia compartida y la decisión individual
La necesidad y la responsabilidad

5. El pecado original propagado y quebrantado
La sinrazón no es un refugio
Las metáforas tradicionales
Pensándolo mejor…
Una puerta de esperanza