GARDNER THOM
En la íntima presencia de Dios hay un lugar de sanidad para nuestras heridas.
La mayoría pasamos gran parte de nuestra vida adulta tratando de entender y aceptar nuestro pasado. Todas nuestras oraciones y deseos parecen concentrarse en lo que nuestra vida podría haber sido si esa circunstancia adversa no hubiera ocurrido, o si la profunda herida emocional de nuestros corazón sanase de una vez y para siempre.
En un intento por sobrevivir, hemos descubierto infinidad de maneras para silenciar el dolor que nos agobia e ignorar las imágenes y los sentimientos inquietantes que nos acompañan a todas partes.
¡Descubra y viva la vida abundante que Cristo tiene para usted!